FICHA TÉCNICA
Corría el Siglo XIX y los nobles del Piamonte detenían sus carruajes en la Taberna de la Piazza Castello, frente al Palacio Real, para paladear una nueva bebida. Un vino enriquecido por hierbas fragantes y aromáticas al que su creador, Antonio Benedetto Carpano, llamó vermut.
El Carpano clásico se servía aderezado según el gusto de cada cliente: con vainilla para quien lo quería más dulce o con extracto de quina para quien lo prefería más amargo.
El Punt e Mes nació como una especial variación amarga del vermut un día cualquiera de 1870. Cuando un grupo de agentes de bolsa que se daba cita en la Taberna para tomar un vaso de vermut antes de comer, discutían animadamente sobre la cotización de ciertos títulos que habían subido un punto y medio al cierre de la Bolsa.
Fue así que uno de ellos queriendo pedir un Carpano aderezado con media dosis de amargo pidió espontánemante un Punt e Mes, traducción piamontesa de un punto y medio. Todos se rieron pero la combinación se hizo habitual a tal punto que luego bastaba que el cliente hiciera aunque de lejos el gesto de levanta un pulgar (un punto) y después trazar en el aire una imaginaria línea horizontal con la mano estirada, para que el camarero comprendiese el pedido.
Con el tiempo, el propietario de la casa Carpano decidió llamar Punt e Mes a aquel particular vermut amargo que comenzaba a producir industrialmente. Así nacía un producto especial que se transformaría en un clásico que posee la virtud de ser fácilmente combinable con otras bebidas.